Page 9 - Liderazgo Práctico Basado en Evidencia - Módulo 3
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En específico, estudios recientes realizados en Chile han encontrado una relación relevante
entre el concepto de confianza y engagement, que a su vez tienen una alta correlación
con desempeño laboral (Díaz, 2016). A su vez, la existencia de confianza al interior de una
organización, es un buen predictor de la calidad de su ambiente laboral.
Se ha estudiado que la seguridad psicológica es fundamental para lograr equipos de alto
desempeño, la cual se basa en la confianza y el respeto. De hecho, GOOGLE realizó un
estudio millonario en el que intentó determinar la mejor forma de construir equipos de
trabajo excepcionales, llegando a la conclusión de que aspectos mencionados como con-
fianza, seguridad psicológica y respeto eran críticos para ello.
En lo que respecta al liderazgo práctico, el construir un ambiente de mutua confianza,
basado en el respeto y un especial cuidado por la seguridad psicológica de las personas
(no permitir burlas ni comentarios irrespetuosos entre integrantes de un equipo), que es
un resumen básico de lo que podríamos entender como una adecuada “orientación a las
personas”, permite que estas se atrevan a hacer propuestas, a innovar, a crear y a compro-
meterse, en particular si ello se complementa con un adecuado refuerzo del sentido de su
trabajo, así como su aporte al cumplimiento de la misión institucional (Fernández, 2018).
Retroalimentación y Reconocimiento
En relación a los conceptos de retroalimen-
tación y reconocimiento, estudiados como
críticos para el adecuado desempeño prác-
tico del liderazgo, pues configuran la base
de la comunicación diaria con el equipo de
trabajo, Norbert Wiener introduce a la teoría
de la comunicación el concepto de retro-
alimentación o feedback, que es un input
de información que permite comparar el
estado actual de una variable con su estado
deseado.
Con el concepto de feedback negativo emerge la posibilidad de que cualquier informa-
ción transmitida puede ser controlada en su efecto entrópico o capacidad de producir
nuevos ordenamientos y, por lo tanto, corregida en caso de sufrir alguna desviación. La
comunicación deja de ser entendida como un proceso lineal, pasa a ser concebida como
un proceso circular. Esta nueva concepción destaca la posibilidad del emisor de reaccionar
ante posibles distorsiones y, por otro lado, hace posible entender a la comunicación como
un fenómeno de orientación recíproca en el que los dos participantes, emisor y receptor,
ocupan un rol central (Rodríguez et al, 2007).
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