Page 41 - Autocuidado y fortalecimiento emocional
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Recomendaciones de la neurociencia para fortalecer la atención

          Regula el bucle permanente de tus pensamientos



          Nuestra mente atrapa y retiene pensamientos con una facilidad pasmosa. Estos
          pensamientos van y vienen, muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de su presencia.


          Lo cierto es que, incluso tratando de evitarlos, hay pensamientos que logran hacerse
          con el control de nuestra mente y se convierten en el guía espiritual de nuestro diálogo
          interior.



          Todo pensamiento puede ser eterno o perecedero, eso nos encargamos de elegirlo
          nosotros. Y aunque parezca que elegir es una cuestión sencilla, la verdad es que se
          puede volver en un verdadero quebradero de cabeza.



          Los pensamientos no tienen ningún poder, somos nosotros mismos quienes decidimos
          dedicarles gran parte de nuestra atención. Nuestra atención se focaliza en nuestras
          necesidades físicas, psicológicas y sociales, y en muchos de estos pensamientos
          podemos encontrar aspectos tan cruciales como lo son la autoestima, el reconocimiento
          social, el dinero, el poder y la autoridad, la seguridad, entre otros muchos.


          Permíteme presentarte algunas recomendaciones prácticas para gestionar mejor esos
          pensamientos que afectan directamente a tu capacidad de atención:


          El primer paso que tendríamos que hacer para comprender por qué un pensamiento nos
          azota sin parar, es observar si se trata de un pensamiento nuevo o por lo contrario ya lo
          has experimentado en otras ocasiones.



          Si ya lo has vivido con anterioridad, es importante que recuerdes cuándo apareció y                     Curso Autocuidado y Fortalecimiento Emocional
          qué sucedió para que dejaras de pensar en ello. Este punto es esencial para saber si lo
          afrontaste o simplemente lo trataste de evitar a toda costa. Aquí tendrás muchas pistas
          sobre por qué todavía ese pensamiento sigue revolviéndose en tu mente y apropiándose
          de toda tu capacidad de atención.



          El segundo paso consiste en hacerse 3 preguntas muy sencillas, sobre todo para cortar
          por lo sano los pensamientos intrusivos:


                ¿Es más importante este pensamiento que lo que estoy haciendo ahora?







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