Page 25 - Aspectos prácticos para la prevención del burnout y minimización de los efectos del estrés
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Basándose en estos “datos emocionales,” nuestro sistema emotivo junto al racional hace
          un balance y decide qué opción es la mejor. Si no supiéramos sentir nada especial por
          ninguna de nuestras posibles decisiones entonces no sabríamos escoger entre ellas,
          no sabríamos qué es relevante para la acción y que no. No estaríamos motivados. Y tal
          como hemos dicho al principio, sin motivación no hay inteligencia ni acción posible. Por
          ejemplo, supongamos que quiere ir esta noche a cenar al restaurante de moda. Entre
          otras cosas debería decidir si tomará el transporte público o se dirigirá con su auto.
          Primero vienen las informaciones: el horario de los trenes, el recuerdo de lo difícil que
          es encontrar estacionamiento. El tráfico que se forma al entrar a la ciudad. El recuerdo
          de que el metro más cercano al lugar está a unos diez minutos caminando. Una imagen
          mental de la línea de metro le recuerda que ha de hacer un transbordo para llegar desde
          la estación de tren a la parada de metro más cercana al restaurante.



          Tradicionalmente, la versión de las decisiones meramente “racionales” suponía que
          nuestro cerebro procesaba toda esa información siguiendo reglas formales estrictas
          y llegaba a una conclusión, y que las emociones no tenían nada que ver. Sin embargo,
          ahora sabemos que las emociones tienen mucho que ver. Cuando formamos la imagen
          mental de lo difícil que es estacionar el auto alrededor del restaurante, eso no es un dato
          racional puro, sino que va acompañado por la sensación de agobio que tuvo usted la
          última vez que se pasó veinte minutos buscando un sitio para estacionarse. Igualmente,
          cuando piensa que se tarda diez minutos en llegar a la estación de metro y en un
          transbordo, esa imagen viene acompañada por la sensación de cansancio y aburrimiento
          que le supuso el transporte público la última vez que fue al lugar.                                     Aspectos prácticos para la prevención del burnout y minimización de los efectos del estrés




          Inteligencia Emocional grupal e individual


          Actualmente la inteligencia emocional tiene una gran valoración, ocupando el lugar
          central en el campo empresarial y social generando la necesidad de formar alumnos
          capaces de percibir, comprender y regular sus emociones de manera eficaz.



          Los diversos estudios realizados, consideran que la inteligencia emocional es un factor
          fundamental para que el estudiante pueda lograr un exitoso desarrollo personal y
          profesional en la sociedad.


          Podemos observar que las personas que se encuentran cursando las diferentes
          carreras profesionales, también pasan por una serie de comportamientos, desordenes
          emocionales y carencias de valores, creando climas desfavorables entre docentes y
          estudiantes trayendo como consecuencia dificultades en el aprendizaje significativo.








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