Page 34 - Autocuidado y fortalecimiento emocional
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En cuanto a los cambios en la estructura del cerebro, se ha demostrado que hay
ciertas áreas como la corteza prefrontal, la amígdala y el hipocampo que ven reducido
su tamaño como consecuencia del estrés crónico. Estas áreas juegan un papel muy
importante en la regulación emocional, la memoria y el aprendizaje.
La reducción del tamaño de estas regiones cerebrales contribuye a que, personas
estresadas, tengan dificultades para concentrarse y para recordar, especialmente se ve
afectada la memoria espacial y la memoria a corto plazo (la transmisión de información
entre neuronas se ve dificultada por la presencia de cortisol). También se traduce en
dificultad para tomar decisiones y/o hacer planes de futuro. Otra de las consecuencias a
nivel cerebral del estrés y que está relacionada con la reducción del tamaño de la corteza
prefrontal y el hipocampo son las alteraciones emocionales que se dan en personas que
sufren depresión. Los cambios a nivel anatómico como consecuencia del estrés no sólo
se reflejan en una reducción de su volumen, sino que además existe una reducción en la
densidad neuronal y una serie de alteraciones en el flujo sanguíneo del cerebro.
Una de las enfermedades más graves que se pueden ocasionar por estrés crónico es
la posibilidad de sufrir un derrame cerebral. Esto puede explicarse por esta reducción
drástica en la circulación sanguínea del cerebro, ya que, los nervios y las venas
comienzan a contraerse obstruyendo el suministro de sangre, oxígeno y nutrientes. A su
vez, llega menos cantidad de sangre al corazón por lo que se va a ver obligado a bombear
más rápido para conseguir oxígeno, por ello, uno de los síntomas que más se sienten en
Curso Autocuidado y Fortalecimiento Emocional
personas estresadas son palpitaciones, mareos, miedo a desmayarse, etc.
Aspecto positivo y negativo de nuestro diseño cerebral
¿Por qué el cerebro se focaliza siempre en lo negativo en vez de valorar lo positivo?
Su función es detectar amenazas y lograr la supervivencia, por lo que la felicidad no es su
prioridad. Por eso, encontrar el bienestar en el día a día es una tarea que la persona debe
realizar por su cuenta.
El cerebro, para garantizar la supervivencia, realiza anticipaciones negativas y a su vez
se nutre de lo negativo que ya le haya pasado. “Su inclinación hacia la negatividad hace
que para nosotros sea normal valorar más lo negativo que lo positivo y de esa forma lo
malo se presenta con más fuerza y poder que lo bueno”.
“Si tomamos en cuenta esta inclinación natural de nuestro cerebro y a eso le agregamos
que no somos educados para ser felices ni para promover las emociones positivas,
entenderemos por qué se nos dificulta tanto alcanzar el bienestar”, explicó. También,
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