Page 25 - Autocuidado y fortalecimiento emocional
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Procrastinación

          Procrastinar es postergar, diferir, y se trata de un hábito pernicioso que a medio-largo
          plazo comporta consecuencias indeseables en distintas esferas de la vida, como la
          laboral, la de pareja, la de las relaciones sociales o la académica. Retrasarse en una
          tarea puede ser causa de amonestación en el trabajo, y no afrontar el estudio por
          disfrutar con los amigos puede originar un fracaso académico, por ejemplo. Pero no solo
          supone un enemigo de la eficiencia en términos objetivos por el aplazamiento de tareas
          concretas, sino que podemos encontrarnos, incluso, aplazando decisiones de índole
          más trascendente, y que conlleven consecuencias más complejas. Por ejemplo, retrasar
          una revisión médica puede acarrear graves consecuencias. Sin embargo, identificar la
          procrastinación en ocasiones puede resultar difícil, pues a menudo se camufla entre un
          gran abanico de emociones. No obstante, es importante poder hacerlo, dado que es una
          dinámica que frena nuestra vida y en algún aspecto la detiene, alejándonos de nuestros
          objetivos y, en ocasiones, incluso de nuestros valores.


          Ante todo lo expuesto, resulta necesario familiarizarse con este hábito con el fin de
          amortiguar su impacto, aprendiendo pautas que  permitan “desoír” esa voz interna que
          de forma traicionera y con frecuencia nos susurra “déjalo para mañana”.



          Se puede encontrar un perfil heterogéneo de personas que procrastinan, ya que no en
          todos los casos existe un origen común. Procesos como la memoria o la atención, muy
          importantes para que el cerebro organice y planifique tareas, se ven afectados con
          frecuencia cuando las personas padecen ansiedad, depresión o trastorno por déficit
          de atención con o sin hiperactividad, aumentando la probabilidad de que aparezca la
          procrastinación. Pero en general, distintas motivaciones nos pueden llevar a todos, en
          un momento dado, a procrastinar, entre las que se destacan:



                Necesidad de sentirse aceptado por las y los demás

                La persona que actúa en base a la aceptación que obtiene del resto, cree que                      Curso Autocuidado y Fortalecimiento Emocional
                es dicha aceptación lo que la convierte en “alguien válido” y, por tanto, tratará
                de congraciarse con todos, independientemente de las demandas que estos le
                hagan. Como consecuencia, irá postergando las propias actividades a medida
                que va realizando las actividades que le solicitan los demás. Esta dinámica va
                acompañada, además, de ansiedad y de sentimientos de culpa, pues es imposible
                agradar a todos. Hacer frente a esta situación pasa por aceptarse a uno mismo,
                con sus virtudes y defectos, y aprender a priorizar siempre los objetivos
                personales frente a los de los demás, algo fundamental para el desarrollo
                individual, y para evitar procrastinar.






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