Page 73 - Curso Acoso sexual
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que la víctima tiene que someterse a un proceso de validación constante, tanto en
lo laboral como en lo personal, ya que constantemente la prueba del acoso sexual
pasa primero por establecer si la persona que denuncia merece llamarse “acosada”
o es más bien una “provocadora”, quien con sus “actitudes” se ha puesto a sí misma
en esta situación, como hemos visto.
Ello configura el perfil de “víctima ideal”, que es aquella que no ha tenido ninguna
culpa y nada ha aportado para desencadenar el acoso sexual (CFEC, n.d.). Cuando
se cuestiona a quien denuncia se tiende a creer que “las verdaderas” víctimas
presentan una serie de características, por lo que quienes actúan de manera
distinta a lo esperado posiblemente están mintiendo o bien provocaron el acoso
de alguna manera. Ejemplos de ello son extractos del relato de personas del Poder
Judicial, entrevistadas para un estudio:
• La víctima real manifiesta su malestar frente al acoso sexual: “Una persona que Módulo 2. La re-victimización y la cultura organizacional en el poder judicial
es acosada y que no quiere ser acosada, o no quiere ser hostigada, ¿qué hace
ella? Demuestra su malestar, ¿no cierto?” (integrante del Poder Judicial, 2019).
• La víctima real está genuinamente lábil y es evidente: “cuando las personas están
o cuando han sufrido un acoso sexual, se sienten muy vulnerables, se sienten
violentadas, por lo tanto, están muy lábil emocionalmente, tienen mucha culpa,
sienten que ellas hicieron algo malo, que al hacer la denuncia están haciendo
algo malo” (integrante del Poder Judicial, 2019).
• La víctima real soporta poco tiempo y denuncia rápidamente lo ocurrido: “si yo
tengo una situación, que tiene que ver con la denuncia de un hecho que tiene
que ver con caracteres, dentro de la esfera de la sexualidad, yo considero que
debiera ser lo más oportuno, lo más corto en el tiempo desde el hecho, hasta las
acciones que tú tomas a posterior” (integrante del Poder Judicial, 2019).
Todas estas características pueden darse, así como puede que no. Ninguna
de ellas da cuenta de la veracidad del relato, por lo que no deben considerarse
para validar la narrativa de las denunciantes. Hacerlo así es no considerar los
ámbitos relativos a factores personales, los costos asociados a la denuncia, el
temor reverencial ni otras trabas administrativas del proceso de investigación y
sanción.
Pero además, denunciar acoso sexual es alzarse contra el temor reverencial: implica
dejar de justificar y aceptar prácticas inadecuadas que han sido parte de la cultura
institucional o de la forma de relacionarse dentro de un grupo de personas durante
años, lo que pone en marcha mecanismos sociales de castigo, que se activan
cuando las personas no cumplen con los mandatos de género o de la organización.